domingo

El frío ya llegó, dicen los telediarios. Una masa de aire polar se instala en la península bajando la temperatura y creando el entorno propicio para que la nieve se deje ver en cotas bajas.
Me pregunto con desgana si como muchos de nosotros, dejamos en algún momento de sentir ese frío interior con sabor a soledad. Salinger en su novela más conocida muestra muy bien, entre otras cosas, lo difícil que es comportarse frente a esa soledad adolescente que estoy seguro que algunos de nosotros también hemos tenido. A mí me gusta pensar mejor que la soledad es como ese acto de valentía que ayuda a conocerse más a uno mismo. Por ejemplo, en Bajo el Sol de la Toscana, qué por cierto protagonizó el hijo de Salinger, la vida rota por un desengaño lleva a una maravillosa Diane Lane a dar un giro en su vida para conocerse mejor aprendiendo a desenvolverse ante las dificultades de la soledad.
¿Qué mejor consuelo que un buen abrigo para este frío? No dejemos que los escalofríos sean los síntomas del desespero y empecemos a darnos cuenta que el único calor que necesitamos es el que nosotros mismos somos capaces de proporcionar.

Hasta mañana.

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