jueves

Todo fue especial en ti. Hasta cuando caminabas saltando y tu pelo rubio ondeaba en el vaivén de cada paso era especial. Me gustaba quedar contigo y nunca me importó que siempre tardaras aunque cada vez que lo hacías te lo echaba en cara. Nunca terminaba de entender por qué llegabas tarde y luego siempre existía una excusa maravillosa que hacía que todo perdiera valor.
En aquella época te alisabas el pelo con la plancha, la de la ropa con su incómoda forma y no había día que no te quemaras. Me gustaba mucho como lo contabas. Entre risas y desastres todo era una historia sin fin. 
Recuerdo nuestras clases de latín, las de griego, los cafés en el "ponte" y las miles de horas que necesitábamos por la mañana para entender todo lo que nos rodeaba. 
Nunca voy a olvidar tu mirada, ni la vida que compartiste conmigo.

Hasta mañana. 

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